Me estoy acostumbrando a las sonrisas artificiales y al dolor prematuro.
Tambièn, al tè de durazno -sin azùcar- en el desayuno y a las series comerciales a las nueve de la noche.
Me estoy acostumbrando a un futuro en tiempo presente.
Al orden desordenado.
Y al desorden sentimental.
Me estoy acostumbrando a vestirme de negro.
A sentirme de gris.
A vivir sin color.
Me estoy acostumbrando a TANTAS cosas, que sè, no deberìa acostumbrarme.
No quiero reir por simple costumbre.
No quiero besar por simple costumbre.
No quiero llorar por simple costumbre.
No quiero vivir por simple costumbre.
Quizà, porque no me acostumbro a ser infeliz como dirian muchos.
Prefiero luchar.
SENTIR.
Siempre SENTIR.
Con ènfasis.
En mayùsculas.
Hasta que me acostumbre a la rutina y vuelva, irremediablemente, a cuestionarme.
Como una puerta que nunca ha estado cerrada ni abierta.
Como un ciclo.
Como una mujer.
Como un todo.
Como TODO.